CAPITULO 6
Después de haber dejado a Susana en su casa me dirigí a mi
casa, la cual pronto ya no podría llamar mi casa, si no casa de mis padres; tal
como lo predije, llegué total y completamente exhausta, subí a mi cuarto,
desempaque todo lo que Susana me había hecho comprar, había ropa que ella había
escogido para mí y me parecían demasiado provocativas para mi gusto, no le dije
nada para no hacerla sentir mal ya que eran los últimos días que nos veríamos.
Me acosté en mi cama y me puse los audífonos para no pensar en mis
preocupaciones, por lo menos por unos minutos,
pero nada quitaba de mis pensamientos la gran tristeza que sentía por mi
amigo, recordé que le había prometido a Susana que le llamaría, me quite los
audífonos, busque entre mis contactos el nombre de Luis y me quede mirando e
indecisa por unos segundos pensando que era totalmente probable que no
contestara, o que si lo hacía sería para decirme que o dejara en paz o algo
peor, me arme de valor y pulse la tecla llamar, el teléfono sonó una, dos,
tres, cuatro, cinco veces, después ya no sonó, sentí pánico, había contestado.
-Luis…-Dije apresuradamente.
-Estas llamando al celular de Luis, en este momento no puedo
tomar tu llamada, por favor deja tu mensaje después del tono Piip –Después del
ese sonido se escucho su risa.
No pude evitar llorar, las lagrimas corrían por mis
mejillas, en verdad había pensado que él me había contestado, ahora pienso que
era mejor que me hubiera contestado y haberme dicho lo que sea que quisiera
decir a no contestarme. Me quede en mi cama, recostada, llorando hasta que me
quede dormida.
Miércoles:
Decidí volver a llamar, de nuevo su contestadora, solo que
esta vez sí le dejaría un mensaje.
-Estas llamando al celular de Luis, en este momento no puedo
tomar tu llamada, por favor deja tu mensaje después del tono Piip-
-Luis, se que estas escuchando esto, por favor contesta,
sabes que te quiero mucho, necesito hablar contigo, decirte lo mucho que me
haces falta, por favor, no quiero irme y quedar de esta manera contigo.
Jueves:
-Se que estas enojado conmigo, quizá tengas razón, quizás
no, no lo sé, lo que si se es que lamento mucho lo que ha pasado, como ya te he
dicho quiero verte, por favor llámame, te necesito, te quiero, no quiero que
olvides nuestra amistad.
Viernes:
-He ido a tu casa, salió tu padre y me dijo que no te
encontrabas, no sé por qué pero creo que mentía, pienso que tú le dijiste eso
porque no me quieres ver, no sabes cuánto me duele eso, jamás pensé que nuestra
relación de amigos se volviera tan complicada, y no quiero que esto se quede
así, llámame.
Sábado:
-He hablado con Susana, me ha dicho que estas bien, pero que
no quieres hablar de mí, creo que eso me es aún más doloroso.
-Luis, ya tengo fecha para irme, será más pronto de lo
previsto ya que he arreglado todo lo que era necesario para irme y en vista de
que ya no tengo nada que me ate aquí, me iré en tres días, el martes, mi vuelo
salea las 6.30 pm. No sé ni siquiera por qué te estoy contando esto, creo que a
ti no te interesa en lo mas mínimo, aún así, tú a mi si me importas y te
seguiré considerando un gran amigo, ya no te pido que me llames porque sé que
no lo harás.
Los días transcurrieron de una manera extraña, hacía lo
mismo todos los días, dejaba un mensaje de voz a Luis, comía, dormía, preparaba
todo para el día de mi viaje, todo lo hacía de una manera mecánica, sin sentido
aparente, esperaba que al estar allá todo cambiara, así pase los días hasta que
llego el día.
Miércoles:
-Luis, como ya sabes, hoy es el día, el día en que tengo que
decir adiós a todo, solo te dejo este mensaje porque será el ultimo que te
envié, te quiero agradecer infinitamente como no tienes idea tu amistad, esos
días de locuras que solo tú me podías dar, gracias por defenderme de los
brabucones cuando era pequeña, por compartirme de los pastelillos que hacia tu
madre aún cuando eran tus favoritos y te daba dolor compartir- Ante estas
palabras no lo pude soportar y comencé a
llorar- gracias por estar conmigo cuando murió Jack, mi perrito, por
nunca dejarme sola, por darme días y días de felicidad incomparable, gracias
por todo, no hay palabras para expresar lo mucho que te agradezco, lo mucho que
te necesito y lo mucho que se que me harás falta, para mí siempre serás como el
hermano que nunca tuve, el amigo incondicional, y aunque tú te hallas olvidado
de mi créeme que yo no lo podría hacer nunca, no puedo, ni quiero hacerlo,
adiós Luis, nunca te olvidare, gracias por todo, te quiero mucho.
Colgué el teléfono con lágrimas en los ojos, no podía creer
que así sería la despedida de mi mejor amigo, jamás lo hubiera imaginado de esa
manera, pero así era, eso no lo podía cambiar. Tome mis maletas, me dirigi a la
puerta, mis padres ya me esperaban en el auto, recorrí con la mirada toda la
casa, recordando todo lo que había pasado en ella, aleje esos pensamientos de
mi mente si no jamás pararía de llorar, me seque las lagrimas, salí de mi casa
cerrando la puerta detrás de mí y con eso dejando atrás mi pasado y me dirigí
con paso decidido hacía el auto, hacía mi futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario