CAPITULO 7
Era una tarde soleada, veía por el auto el sol brillar bajo
los árboles de tal manera que tenía que entrecerrar los ojos para que no me
calara la luz, de pronto me sentí libre, sentí que ya era hora de que hiciera
mi vida por mi propia cuenta y estaba feliz por ello, pensé que todo pasa por
alguna razón y que quizá lo de Luis
tenía que pasar, que ahora el ya formaba parte de mi pasado, de un pasado al
que ya no le haría frente, pero esa no era la verdad, yo sabía que por más que
uno quiera cambiar el futuro el pasado te deja marcas en ti y de alguna manera
es como una sombra que te identifica y te sigue a todas partes, recordándote lo
que eres y por qué lo eres, porque sin lo que has vivido en el pasado no serías
lo que eres ahora en el presente porque el pasado es parte de ti y forja tu
futuro de alguna manera inexplicable; y entonces, me pregunto, qué se puede
hacer para olvidarte de tu pasado, y no encuentro respuesta a eso. Llegamos al aeropuerto internacional
de Hermosillo y baje del auto algo aturdida y escéptica de que por fin haría lo que siempre había
soñado.
-Te ayudare con las maletas hija-Dice mi padre abriendo la
cajuela del auto.
-Claro, pero no pesan mucho de todos modos –Me di cuenta de
que dije lo que estaba pensando, cosa que hacía últimamente.
Ajamos las maletas en silencio, nos dirigimos adentro del
aeropuerto, nos sentamos en unas bancas que estaban dentro, mi padre fue a que
inspeccionaran mis maletas, apenas eran las 6:00, mi vuelo salía a las 6:30,
estaba sentada junto a mi madre en un silencio que después de unos momentos fue
incomodo, así que decidí romperlo.
-Madre, te extrañare, lo sabes –Fue lo más prudente que se
me ocurrió decir en ese momento.
-Hija, aún no subes a ese avión, aún estas a tiempo de
retractarte –De todas las cosas que pensé que me diría esta estaba en el último
lugar de la lista.
-Pensé que ya lo habías aceptado por completo –Dije una
manera suave, lo cual lo hacía más amenazador.
-No es fácil aceptar deshacerse de un hijo, de tu único
hijo, comprendeme.
-Compréndeme tú a mi madre,
este es mi sueño, lo sabes.
-Los Angeles es muy peligroso, puedes irte a otro lugar, no
lo sé, a parís, a donde sea, pero no a Los Angeles –Sonaba desesperada y
angustiada, por un momento ya no me sentí enfadada, más bien me sentía
intrigada por el comportamiento de mi
madre.
-¿Por qué no quieres que vaya a Los Angeles? ¿Por qué dices
que a cualquier lugar menos a ahí? Pensé
que lo que no querías era que me fuera –Dije preocupada.
-Yo..no..es solo que..es muy peligroso –Dijo nerviosamente
lo cual me puso más angustiada.
-¿En verdad es sólo eso? –L e pregunte.
-SÍ, solo eso, en verdad, ahí viene tu padre –Me dijo
claramente queriendo desviar mi atención del tema, en estos momentos no tenía
ganas de seguir insistiendo, pero sabía que no me quedaría con la duda.
-Listo hija, tus maletas ya están, está todo listo –Me dio
una sonrisa que fue claramente mecánica y no le llegaba a los ojos.
-Muchas gracias- Dije yo. Mi madre se acerco a mi padre y él
la abrazo por la cintura, ella le dijo algo que solo escuche como un susurro y
después escuche débilmente a mi padre decir –Tranquila amor, eso no pasara,
ella estará bien, es fuerte- esas palabras me hicieron estremecer
involuntariamente y enviaron a mi cabeza una señal de alarma y pánico, ¿De qué hablaban? ¿A qué
le tenían tanto miedo? . Cualquier
pensamiento se borro de inmediato al escuchar claramente la voz de
Susana.
-___¡¡¡ -Me voltee al momento que recibí un fuerte abrazo de
ella.
- Casi me sacas el aire –Le dije.
-No exageres, no es para tanto –Dijo riendo.
-Gracias por venir, no sabes lo que significa para mi.
-Claro que lo sé, por qué crees que estoy aquí –Dijo con una
amplia sonrisa de esas que se contagian, y como tal sonreí ampliamente ante su
comportamiento tan entusiasta y a veces infantil que tanto me agradaba.
-Eres una tonta –Dije aún riendo.
-Si , si, lo que tú digas, pero sabes que adoras a esta
tonta.
-Por supuesto que si –Dije y con esas palabras me invadió la
nostalgia.
-Te voy a extrañar, te quiero mucho –Dije y mi voz ya estaba
temblorosa.
-Oh¡ no, aquí viene ___la sentimental –Dijo con cara de
espanto.
-¿Qué? ¿Tú no me vas a extrañar? –Pregunte divertida.
-Sabes que si totita –Me dio un abrazo de nuevo el cual
agradecí mucho.
-Gracias por tu amistad, por acompañarme siempre en mis
locuras, gracias por todo –Dije y se me escapo una lágrima.
-Oye, oye, oye, no te despidas aún, hablas como si fueras a
morir o algo así, o como si jamás nos vamos a volver a ver y no es así, te veré
en vacaciones, seguiremos en contacto, no dejare de ser tu amiga.
-Tienes razón, pero es solo una mini despedida, no te veré
por un largo tiempo –Le apreté un cachete juguetonamente.
-Eres una cursi ___ -Dijo rindo.
-Pero quieres a esta cursi –Dije imitándola.
-Claro que sí, mucho –Dijo apretándome un cachete de vuelta.
-Oye, no quiero ponerte mal, pero ¿Luis no contesto tus
mensajes? –Ante eso se me borro la sonrisa.
-No, nada, no lo culpo, aun que si me hubiera encantado que
lo hiciera – Bajé la mirada.
-Tranquila, está bien, no te pongas así, yo se que te llamara,
él te quiere mucho –Dijo abrazándome por los hombros.
-Lo dudo-Dije.
Vi a mis padres platicando lejos de nosotras y recordé lo
que me habían dicho.
-Sabes, mis padres actúan raro –Dije.
-¿Raro? Cómo que raro?
-No lo sé, están nerviosos y mi madre no quiere que me vaya
a Los Angeles.
-Bueno, cro que eso ya lo sabía –Dice como si no fuera obvio.
-Lo sé, pero me dijo que m fuer a cualquier lugar, menos ahí
-Oh¡ eso si es rayo –En su rostro vi la misma intriga que yo
sentía.
-¿No te dijo los motivos? –Preguntó.
-No, me dijo muy nerviosa que solo era porque es muy
peligroso y después me cambio de tema, pero yo presiento que es por algo más
-Tranquila, quizá es cierto lo que te dijo, y están
nerviosos solo porque te vas –Me dijo consolándome.
-Quiza, pero no puedo dejar de pensar en ello –Dije
-No te aflijas, ya habrá tiempo para arreglar eso
-Está bien, tienes razón –Dije y de cierta manera me sentí mejor.
-Aun falta para que tu avión despegue, vamos a tomar algo –Dijo.
-Sí, hace mucho calor, tengo ganas de un helado o algo frio –Sonreí.
-Ok, vamos –Me tomo por los hombros, vamos caminando cuando
de pronto escuche una voz decir mí nombre que me hizo frenar y que me tensara
por completo.
-___¡¡ -Era él, era Luis.
Voltee para mirarlo, estaba ahí, con su postura tan
despreocupada, sus jeans azules y su camiseta negra ajustada, su mirada no revelaba
nada en realidad, sentí mil emociones a la
vez, sentí alegría y nostalgia, nerviosismo, todo, había venido después de
todo.
-Luis¡¡ -Fue lo único que dije y me quede pasmada sin saber cómo
actuar.
-¿Qué? ¿No le das un abrazo a tu amigo? –Dijo ampliando una
de esas sonrisas que tanto me gustan y extendió sus brazos, ese es mi amigo, el
amigo que siempre quise, me lancé a él con alegría y él me abrazo como nunca
antes.
-Perdona, por favor, perdóname –Me dijo al oído, me sentí
mal, él me pedía perdón a mí, estaba arrepentido.
-No tengo nada que perdonarte, perdóname tú a mí por
tratarte así –Dije y lagrimas cayeron por mis mejillas sin parar.
-No, yo fui un tonto, un egoísta por no pensar en ti y en lo
que tú sentirías, por no contestar tus mensajes, por todo, tú eres muy especial
para mí, jamás debí hacerte algo así, pero no te quiero perder, no quiero
perder tu amistad, no así, por favor perdona mi estupidez –Dijo con un tono en
el que jamás lo había escuchado hablar.
-Mira, creo que los dos hicimos algo mal y los dos tuvimos la culpa de esto así que, qué te
parece si los dos nos perdonamos y lo olvidamos –Sugerí con una sonrisa.
-Me parece bien, es algo justo –Me sonríe.
-Gracias –Le dije.
-No, gracias a ti por comprenderme- Dijo él.
-Sabes, te echare de menos, mucho –Dije.
-Yo más, créeme –Dijo.
-Pero como dijo Susana, no es un adiós sino un hasta
pronto-Sonreí.
-Sí, Susana es la reina de la sabiduría –Se echo a reír y yo
me uní con él.
-Lo sé¡ -Dije, después los dos nos quedamos serios.
-Dime que pase lo que pase no te olvidaras de mí –Me dijo.
-¿Qué? Por supuesto que no, nunca, ocupas u lugar en mi vida
que nada ni nadie me hará olvidar –Dije con certeza.
-Promételo –Me dijo con una sonrisa picara.
-Lo prometo –Dije con una mano alzada y una sonrisa.
-Gracias, pero para asegurarme, te he traído algo –Me dijo.
-¿En verdad? ¿Qué es? –Pregunte ansiosa.
-Voltéate –Dijo, y lo hice, sentí como me ponía algo en el
cuello y caía por mi garganta hasta llegar a mi pecho, baje la vista y tome el
dije en mis manos, era una hermosa mariposa de piedras cristalinas que al poner
en contra del sol que se reflejaba y
entraba en las enormes ventanas enormes del aeropuerto deslumbraba, la mariposa
estaba en una cadena de oro, en ese momento me percate del ocaso tan hermoso
que se veía por las ventanas del aeropuerto dejando ver todo el panorama, Luis
sabía que amaba las mariposas, de alguna manera yo las relacionaba con la
libertad, y este era un detalla hermoso, las lagrimas corrieron de nuevo y me
lance a él.
-Gracias, es completamente hermoso, no tengo palabras para
decir lo que para mí significa este gran detalle, gracias –Dije muy sinceramente.
-No tienes que agradecer, lo vi y me dije que ese collar era
para ti, y que mejor momento para dártelo que hoy, para que lo veas y te
acuerdes de mí –Dijo sonriendo.
-Así será créeme –Dije viendo de nuevo la hermosa mariposa.
-Lo digo de nuevo, eres una sentimental___¡ -Escuche a Susana
decir y acercarse a nosotros, me di la vuelta para verla al igual que Luis.
-Te lo dije ___, Luis te quiere demasiado, sabía que vendría
–Dijo Susana.
-Sí, las quiero mucho, a las dos, no tienen idea de cuánto
las quiero –Dijo Luis.
-Rayos¡ ya, abrasémonos¡ -Dijo Susana.
Nos dimos un fuete abrazo en el cual sentí como si fuéramos
pequeños de nuevo y recordé todo por lo que habíamos pasado y que nada del
mundo me haría olvidarlos. De pronto una voz en todo el aeropuerto capto mi
atención.
-Pasajeros del vuelo 3482 con destino a Los Angeles se les
hace la primera llamada para abordar.
-___, ese es tu vuelo –escuche a mi padre decir mientras se
acercaba.
-Lo sé –Dije.
-Bueno, me tengo que ir –Dije.
-Te extrañaremos, nunca nos olvides-Dijo Susana.
-No, jamás –Dije.
-Seguiremos en contacto, te llamare en cuanto pueda y también
podremos vernos por web cam –Dijo Luis.
-Cierto, lo vez ___, no es un adiós, si no un hasta pronto –Dijo
Susana.
-La reina de la sabiduría ha hablado ¡ -Dijo Luis riendo y
yo también reí.
-Oye¡ -Dijo Susana dándole un golpe en el codo y él en vez
de mostrar dolor rio más y yo igual.
-Ay¡ chicos, no encontrare jamás a alguien como ustedes, lo juro, los voy a extrañar,
pero como dijo la reina de la sabiduría nos podemos poner siempre en contacto,
vendré en las vacaciones, nunca los olvidare –Dije.
Luis se acerco y me dio otro fuere abrazo mientras me dijo
al oído-Te quiero, gracias por comprenderme, estaré en contacto contigo, cuídate
mucho-.
-Yo también te quiero mucho, te prometo que me cuidare-Le
dije.
- Pasajeros del vuelo 3482 con destino a Los Angeles se les
hace la segunda llamada para abordar.
-Creo que te llaman___,-Dijo Susana, se acerco a mí y me dio
un abrazo.
-Te quiero mucho ___, te voy a echar mucho de menos, ansió
el día en que te vuelva a ver –Dijo ella.
-Ahora quién es la cursi eh¡ -Dije yo.
-Oh¡ ya no lo aguanto –Dijo y se agarro a llorar.
-Susana, te quiero –Le di otro abrazo.
-___, te tienes que ir –Dijo mi padre de nuevo.
-Ahora si me tengo que ir –Les dije.
-Padres, estar en contacto con ustedes también, los hachare
mucho de menos, los quiero –Les dije. Mi madre se agarro a llorar y vi
preocupación en sus ojos.
-Hija, por favor cuídate, ten mucho cuidado –Dijo mi madre.
-Lo hare, lo prometo –Le dije.
Les di un abrazo fuerte a los dos.
- Pasajeros del vuelo 3482 con destino a Los Angeles se les
hace la tercera llamada para abordar.
-Cualquier cosa sabes que aquí estamos, no dudes en
llamarnos –Dijo mi padre.
-Claro, lo hare –Dije. Tome mis maletas y me dirigí al túnel
donde me llevaría al avión. Voltee de nuevo y ahí estaban los cuatro, Susana
tenía los ojos llorosos y una amplia sonrisa y me decía adiós con la mano, Luis
tenía su media sonrisa linda e igualmente me decía adiós con la mano, mi madre
tenía la cara enterrada en el pecho de mi padre llorando de una manera
demasiado exagerada, como si algo me fuese a pasar o casi como si fuera a mi
muerte, lo cual me puso aún más nerviosa, ella era la única que no decía adiós con
la mano, mi padre sostenía con una mano a mí madre y con la otra me decía adiós,
su cara era inexpresiva, cuando observo que lo miraba forzó una sonrisa y yo
igual.
-Los quiero¡¡¡ -Grite lo más fuerte que pude a ellos. Todos
me sonrieron, menos mi madre, y Susana me envió besos con la mano, típico de
ella, yo sonreí. Los vi por última vez antes de voltearme hacía el túnel, entre
y camine hacia lo que sea que me deparara el destino, algo angustiada por el comportamiento
de mis padres, pero me obligue a no afligirme con eso, ahora todo cambiaría
para mí.
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